26-4-2.009. CONTRA VIENTO, MAR Y AIRE

Con los pronósticos que daban del tiempo para el pasado sábado día 25, Gorka, Miguel y el menda acordamos quedarnos en cada ya que se pronosticaba mucha lluvia. Craso error Mendo pues hizo un día magnífico para pescar, nublado, con poco aire y sin llover. Con deciros que Miguel y yo nos fuimos a las antiguas baterías de Punta Lucero en Zierbena (es una zona privilegiada con unas vistas imponentes), donde hicimos unas fotos que os mostraremos en un próximo artículo. Claro está que con esos pronósticos, tampoco fuimos a coger quisquillas el viernes.

Bueno, voy a dejar aparte las lamentaciones y decir que el domingo día 26, quedamos en Muskiz, en el lugar de costumbre, a las 5,15 h para quitar el mono de pesca que padecemos.

Una vez metidos los pertrechos en un coche, nos dirigimos a la entrada del Superpuerto en la playa de La Arena. Había marejada con golpes de fondo, pero el viento era insoportable. Por las cercanías había muchas puestas donde pescar, pero el viento nos hubiese hecho la vida imposible, por lo que nos dirigimos hacia Lekeitio, para tratar de pescar entre Lekeitio centro y el faro de Santa Catalina que es una zona en la que sabíamos que el viento no nos iba a molestar pero al llegar allí, la mar estaba escasa de golpe y las aguas muy claras, por lo que nos fuimos a la zona que está a la derecha de la playa de Karraspio.

Entre que la carretera estaba bastante mala y una cosa y otra, llegamos a la zona a las 7 h. La mar tenía más golpe pero las aguas también estaban claras.

Al principio estuvimos pescando en las zonas de la imagen superior. La marea había sido a las 5,50 h de 14,5 pies, por lo que al ser de coeficiente alto, nos dejó pescar casi dos horas antes de quedarnos sin agua. Lo malo fueron el viento que no paró y una txapararrada que nos tiró y como no bajé el pantalón de agua, estuve un buen rato como una nutria metido en un agujero.

Después a medida que bajó el agua, nos fuimos desplazando hacia las puntas que se ven en esta foto para pescar en los regatos que se forman a medida que la marea baja, para acabar pescando en los pedregales que hay más hacia el este. A las 10,45 h recogimos los bártulos, subidita hacia el coche y carretera y manta hacia Muskiz.

La verdad es que hacía tiempo que no sufría tanto con la caña por el viento. Aún tengo agujetas en los brazos y riñones. La mejor noticia fue que Miguel se reincorporó al "trabajo" con total normalidad. De Gorka no digo nada porque es un todoterreno.

Llevamos unos 4 kg de macizo de sardina cada uno y unas quisquillas congeladas y para encarnar empleamos la propia quisquilla, cangrejillo congelado, gamba y tira de jibión. Picaron mejor a la tira de jibión y al cangrejillo y se dió el caso curioso de que pescamos dos obladas con tira de jibión, cosa que no es nada normal.

Los bajos fueron de fluororcarbono Paradick, anzuelo revirado a la derecha del nº 1/0 y 2/0, la línea plomeada como siempre, un plomillo de 4 mm de diámetro en el bajo y corcho lastrado de champán.

En las zonas que pescamos al principio, empleamos un calado de pesca que osció entre 1 y 2 m y en las otras zonas el mismo, aunque en las pozadas que se forman, lo hicimos con un calado de hasta 3 m.

El resultado de la jornada es el que se puede apreciar en la cesta. No es que sea una pesca excepcional, pero dadas las circunstancias metereológicas y el tiempo que estuvimos, creo que aprobamos.

Y es esta otra foto, podéis ver a Miguel sonriente tras la jornada tan trabajada y fatigosa que hubimos de soportar.

Durante el trayecto de vuelta, el muro de las lamentaciones se hartó de oir la jornada que perdimos el sábado. Llegamos a Muskiz a las 12 h y nos dirigimos al bar Chapelet, donde Javi y Ana nos alegraron el buche con unos caldos, unos pintxos y un poco de trinki (¡Qué bonita es la pesca!) y después cada mochuelo a su olivo, unos a abrevar y otros a tiempo de ver la F1. Hasta la semana que viene, compañeros y compañeras. ¡Agur!