El domingo día 26 volvimos a recuperar al efectivo que había causado baja el sábado y así volvimos a quedar los tres tiramillas a la hora y en el lugar habituales. En el mirador de costumbre pudimos ver que la mar presentaba un estado con características similares al día anterior pero con algo menos de intensidad de ola y una completa orientación de este. Por lo tanto retomamos las opciones descartadas el día anterior en la zona de Cerdigo por exceso de mar y allí nos dirigimos Miguel y el menda.
Ramontxu se dedicó a ver otras puestas y al final se fue a Kobaron a pescar un rato al amanecer a la entrada que se ve en la foto superior. Tras macizar bien, echó la boya al amanecer que es cuando tenía el pozo el calado perfecto. Me dijo que estuvo media hora y para casa. No tuvo ni picada, cosa increible en esa puesta que tan bien maneja. Así son las cosas en esto, pero hay que invertir tiempo en probar otros pesqueros para saber cómo andan y así tener alternativas para no movernos siempre por los mismos.
Por nuestro lado, ésta es una vista de una de las puestas que tocamos Miguel y yo. No estaba tan malo.
Y ésta es otra que tampoco estaba tan mal. Aquí confluyen el reflujo procedente de la punta de la derecha y la corriente originada por unas piedras sumergidas a la izquierda, generando un punto en el centro donde se aguanta muy bien el macizo y el corcho.
Más tarde, ante la ausencia de picadas decidimos cambiar de zona y aprovechamos para ver una bajada que desconocíamos cómo estaba, ya que hace mucho tiempo que no lo intentamos allí. Tenía poco golpe pero nos decantamos por tirar alli el sobrante de macizo.
Más tarde, ante la ausencia de picadas decidimos cambiar de zona y aprovechamos para ver una bajada que desconocíamos cómo estaba, ya que hace mucho tiempo que no lo intentamos allí. Tenía poco golpe pero nos decantamos por tirar alli el sobrante de macizo.
Bajamos y macizamos. Nos sentamos a charlar mientras montábamos las artes, mi compa le daba al fumeque y yo comía una manzana. Fue Miguel el primero en tirar el corcho al agua con un bajo del 0,205 mm y cuando no habían pasado tres minutos un terrorífica picada y le arrancan el aparejo de cuajo. Nos miramos y concluimos que desde abajo nos miraban con ojos golosucos...
¿Y este metemiedos, que os parece? Pues es una vista muy cercana de un ovejo. De ahí el título del artículo: "Al pastoreo". Se trata de un pez ballesta (Balistes carolinensis), también llamado porquiño, ballesta, pampo, escopeta, roncudo, itxasoko zerria, peixe ballesta, peixe porco (portugués), roncón, puerco marino, cerdo de mar, etc. Ramontxu los llama rumiatubos porque no sólo pican a un trozo de tubo, sino que te lo pueden cortar.
Entre ellos cogimos también varios sargos y algún muble pero nos hicieron pasar una mañana de pelea y risas tremendas. Las picadas eran explosivas y muy tercos en su pelea. Al ser traidos los demás ovejos atacaban al ejemplar enganchado. Deciros que nos llevaron varios bajos y a mí, uno me "rumió" el 0,40 mm de la línea que le había puesto directo. Pero también llevaron su parte como se puede apreciar en la foto inferior con alguno de tamaño extraordinario.
También había algun sargo, algún muble y una julia o doncella. Ramontxu ya estaba esperándonos cuando volvimos a Muskiz hacia las 11 h para llevarse un chupatintas (así le llama al muil). Bueno, no estuvo tan mal y pasamos un buen rato. Después nos fuimos al bar Chapelet, donde Javi y Ana, a degustar unos sabrosos pintxos y un poco de engrasante.
Llevamos macizo de sardina y para encarnar cangrejillo y muergo. Bajos al principio del 0,225 de Fendreel y luego del 0,205 de Fendreel, aunque para los ovejos, usamos luego "cordeles". Cuatro plomillos de 10 mm en la línea y uno de 5 mm en el bajo, con un calado de pesca entre 2 y 3,5 m. Este jueves estoy de vacaciones, por lo que les dejo a Miguel y Ramontxu para que investiguen la quisquilla.
¡Hasta la próxima compañeros!