03 ENERO DE 2.013
Una nueva jornada en este principio de año con Iker. Madrugamos y nos cogía la pleamar un poco pronto. Aún así nos arreglamos para buscar temprano este pesquero con buenas rocas en el fondo. La idea era buscar los sargos entre los pasos, canales y pozos mientras bajaba el agua. Y sí que es cierto que a las primeras de cambio y luces, pudimos trabar alguno bueno.
En imagen Iker en una postura laboriosa donde tienes que trabajar mucho con la caña para amortiguar los flujos y reflujos, y aprovechar la bellada para posar la carnada, que con el lastre adecuado ha de bajar hasta la franja donde andan comiendo nuestros amigos.
Poco después de amanecer, ya bien de día y cuando el pesquero perdió bastante calado en la zona caliente, se cortaron radical. Tampoco dimos con ellos buscándolos más abierto, más que un par de ellos sueltos. Por lo que decidimos cambiar de puesta, para ver si conseguíamos apurar el macizo.
Nos dirigimos hasta la zona de Cerdigo. Y aunque me parecía que la mar estaba un poco pasada para lo que tenía en mente, decidí arriesgar ya que tenía ganas de que Iker conociera ese pesquero. Y la cosa no fue mal del todo, porque nos dejó pescar en unas puntas y allí conseguimos engañar algún espárido más.
Y al final ni tan mal, a base de movernos y buscándolos aquí y allá reunimos esta pesca, que como digo en el título, viene a ser bastante similar a las de finales del mes de diciembre.
05 ENERO DE 2.013
Para esta jornada quedamos los tres habituales y fuimos a ver la mar hasta la salida de Castro Urdiales. Elegimos por eliminación una zona de pesca cercana, bastante próximos unos de otros. A Miguel y a mí tras algún sargo al romper el día, nos comía la mar a medida que subía la marea. Y tras algún salpicón, no tuvimos otra que desistir y buscar otro pesquero, aunque sin muchas ideas para una mar tan irregular.
Antes de marchar fuimos a ver cómo le iba a Ramontxu, que llevaba también pocas capturas. Éste finalmente desistió y se acabó yendo para casa a la espera de días mejores.
Miguel y yo volvimos sobre nuestros pasos hasta la zona de kobaron, recurriendo a uno de los pesqueros comodín, aunque no teníamos noticias positivas recientes. Lo cierto es que la mar también nos zurraba de lo lindo ahí. Nos decidimos por intentarlo a bravo y gastar el macizo en esas condiciones, aunque no sea cuando mejor se le hace valer. Para estos casos tendemos a usar el corcho de Marce que más peso soporta, pero con un espiche de plástico o madera, de tal manera que colocamos todo el lastre posible en la línea y aparejo.
Aún así fuimos robando unos cuantos sargos. Algunos picaban muy abiertos, siguiendo el rastro del macizo. Lo malo en estos casos, no era que picarán fuera, sino que la corriente cambiaba continuamente de dirección y así el engodo andaba muy disperso. Al fin, esto fue lo que reunimos, que tal y cómo pintaba la mañana era como para estar contentos.
Saludos compañer@s y hasta la siguiente, que espero que sea dentro de poco. ¡Buena pesca!