SEMANA SI, SEMANA NO...

El sábado quedamos en Ondarroa Miguel y el que escribe, entre 8:00 y 8:15 con Igor, Ángel, Juan Antonio y Boss. Nos venía bien, pues madrugábamos menos que de costumbre y así podíamos recuperarnos de sendas semanas ajetreadas. A Maky se le pegaron las sábanas, como viene siendo habitual, lo que nos dio margen a ver la clasificación de F1 mientras desayunábamos, Igor y yo por duplicado. El R28 no iba tan bien como en Fuji.

A Juan Antonio le había surgido algún quehacer y se nos unía sobre las diez, así que tras mirar el estado de la mar, decidimos ir cerca hasta la parte derecha de la playa de Saturraran, para después ya con Antonio movernos de sitio.

Imagen de archivo y más o menos por dónde accedimos a la rasa intermareal, ya que todavia había mucha agua de la pleamar.

Enseguida nos dividimos y montamos cañas y aparejos. En imagen el equipo A por méritos propios.

Macizamos con macizo de sardina fresca, corchos al agua e inmediatamente empezaron a producirse las picadas. Miguel con la depurada técnica del posturis cagoncetus. Se observa la Evia Sargo Elite de 7,70 con un bajo del 0,205 mm de Fendreel. El menda comenzó con el 0,225 mm, que rápidamente cambié dada la mayor efectividad de la pita más fina. Los anzuelos fueron negros revirados a la derecha del 1 y 1/0.

Este si que es un pez volador, compañero del que muestra Maky. Para la próxima llevaremos la escopeta por si las moscas.

Íbamos buscando nuevos agujeros, para pescar, sin embargo el exceso de agua y la morfología del roquedo hacían bastante difícil y peligroso arrimarse a calar al lugar adecuado. Miguel andaba con bastante precaución mientras Igor provisto de vadeador podía arriesgar un poco más.

En las quedadas se ponía el color del agua idóneo pero aún no se había formado el espumero que permitiera aguantar el macizo en un sitio concreto.

Maky sacó este sargón surfeando desde muy atrás y mientras le mojaba la ola hasta debajo de las rodillas. Aún con tanta agua, no era fácil pescar tan en largo, calando junto a la peña, con el consiguiente riesgo de que el sargo tomase la delantera.

En la foto el equipo B, por meritos propios también, que tomaban distancia al agua en previsión de los fuertes golpes que venían cada poco. Este txoko, con el macizo de sardina y la gamba arrocera como carnada, les dio mucho y buen tamaño de pescado. Ellos pescaron con bajos desde el 0,33 mm, éste es de Maky claro, hasta el 0,235 mm pasando por el 0,28 mm. Anzuelos de anilla del nº 2, óptimos para el tamaño de cebo.

Igor en acción con un buen sargo y la misma caña que Miguel en 6,70 m. Lo cierto es que Igor destacó por tener un buen olfato para los ejemplares de mayor tamaño.

Era un buen trabajo en equipo. Maky iba cogiendo todos los pequeños para que Gorka sacara los grandes. Y de mientras... ¡Ja, ja ja! ¡Juah, juah, juah!

Aqui aguantando a uno de ellos con la Evia Sargo Titanium de 7,70 m y pita fina. Sí, es cierto que es una caña pesada, pero para mi gusto, es con la que mejor trabajo el pescado de peso. Dada la actividad que hubo, ni reparé en su lastre. Como información adicional, por lo menos en las Evia, el fabricante da la largura total como resultado de la suma de la longitud de todos los tramos sin montar. Lo que queda dentro de cada tramo debido al montaje telescópico le resta unos 20 cm.

Algunos de los glotones que iban saliendo. En nuestro caso la carta de cebos era la siguiente, a gusto del cliente: cangrejillo vivo o momorro, tira de jibión y gamba. Hubo bastante pescado pequeño, que fue devuelto al agua e incluso bogas, pero si el sargo está y tiene hambre, manda el más grande. A destacar que se nos desanzueló bastante pescado; otros lo hacían nada más sacarlos a seco y hasta hubo uno como de 600 gr que venía enredado por las aletas pectorales sin pinchazo alguno de anzuelo... y van dos en dos fines de semana consecutivos. Eso si, tragados no más de dos o tres.

Para chulo mi pirulo. Estirando la espalda tras la desrriñonada...

Saludar a Miguel de Oñati, al fondo de la imagen, que nos conoció por los blogs y que estuvo siguiendo nuestras andanzas sin nosotros saberlo durante buen rato de la mañana. Un saludo y a ver si podemos "verte" por aquí.

Ésta fue la recompensa obtenida. A la izquierda las del equipo A y a la derecha las del B. Eran todos sargos con algunos de muy buen tamaño, a excepción del gran pizpirute que pescó Igor, que está en el grupo de la derecha, en la esquina inferior izquierda, el segundo desde abajo.

Se me ha ocurrido preguntar al profe, a falta del libro, sobre otras acepciones del citado pizpirute y esto es lo que el muy eficiente me ha respondido: "La chopa es el Spondyliosoma cantharus. Dícese en el Cantábrico: Chopa, txopa, choupa, xoupa, sopa, chepa, pancha, panchón, oilaka, lusun arrain, arrain gurbil, pañoso, pañosa, pizpiruto, pispiruto, pizpirute, pispirute, xargueta, anelo, zapatero, zarapetu, sargo zapatero, chaparaña, birlote, mirlote, pantximiki, zapatari, partximiki, muxarra, pataraña, ferreira, chaparella, fiuncheira, bobo, pica, negrita, bizcuerbu." Vale, vale...

¡Pero bueno Maky! ¿Cómo se te ocurre poner la foto de la cuadrilla sin el genio de Igor? Miguel ya estaba viendo lo que se le venía encima...

Para nosotros aquí casi terminaba la grata, amena y desternillante jornada con este par de buenos compañeros, pues Miguel tenía comida pendiente con la familia. Así que apuramos el macizo que quedaba y los últimos cangrejillos, con algún sargo más, y raudos tomamos rumbo a Muskiz, con la mente puesta en el siguiente amanecer. Comentar que la mañana estuvo excepcional y es que con pescado y buena compañía todo parece mejor.

Por parte de Maky e Igor, ahí no terminó la cosa, pues tras retomar fuerzas fueron al encuentro del viejo sabio Juan Antonio Nanclares que en compañía de su fiel aliado Boss ya la estaba liando parda (por cierto Igor, este Ángel te busca el divorcio). Lástima que no compartimos unas risas con él, la próxima vez será. ¡Un abrazo Juan Antonio! Podéis seguir el desenlace y la gran pesca en el enlace de "Sargomanía".

El domingo madrugamos un poco más y para las seis estábamos oteando la mar en el lugar de costumbre. Esta vez no hizo falta apenas desplazamiento pues el roquedo elegido fue el de la imagen, bien cerca. ¡Grata sorpresa! Poca mar de fondo y marejadilla bastante seguida como ya ni nos acordábamos.

Se puede ver en las fotos, están son ya cercanas a la bajamar, las rocas del pesquero que quedan a media agua con la marea, y los pozos que se forman entre ellas y la línea de costa. Como se intuye el área de pesca estaba buena, con buen golpe y un color de agua que podían permitir el engaño.

Los momentos de la ida y venida del golpe en las imágenes superior e inferior.

La bajada está algo complicada por la elevada pendiente, después abajo la plataforma es cómoda. Los sargos comenzaron a picar, como el día anterior, al de poco de empezar siendo noche prieta. Hasta que vino el día no fue necesario movernos pues el pescado seguía muy activo en los mismos txokos. Los más gordos picaron con la pleamar y los momentos posteriores en los pasos de menos calado, buscando enseguida la protección de la piedra. Esta vez tragaban hasta el cuajo y no hubo que jurar en arameo por los escapinis. Al amanecer la pesca estaba casi hecha.

Tras llegar el día hubo una invasión total de alevines de bogas y mubles. Era tirar una palada de macizo y ver como se peleaban por él a un palmo de la superficie. Daba igual la carnada, el cangrejillo se lo comían hasta los mubles, las bogas tiraban del jibión hasta sacarlo del anzuelo y al caer el cebo al agua lo perseguían como posesos mientras profundizaba. Nos fuimos moviendo y toda la plaga con nosotros, apenas algun sarguete más animó la cesta. Pero como mencionaba antes, pensamos que los sargos tras el amanecer desaparecieron y es que en ese mismo momento salió un viento del noreste que fue arreciando según bajaba la marea. Ya nos ha pasado otras veces con este aire de oriente.

Técnica, cañas y cebos los mismos que el día anterior, con la excepción de que los cangrejillos eran congelados. Y con todo ello, la pesca quedó de esta guisa.

Y como dice Miguel, semana que cogemos la mar arriba pescamos bien y la siguiente a verlas venir. Y algo hay de cierto, ya que el finde pasado, el sábado sólo 6 sargos y el domingo una cesta de setas, champiñón y algún hongo. Si el R28 ha sido capaz de ganar dos carreras, nosotros también podemos mejorar... ¡además ya contamos con la ayuda del druida!