El viernes cogió Gorka unas quisquillas, que junto a unos cangrejillos vivos y unas tiras de jibión fresco y las correspondientes latas de macizo, prometían un fin de semana interesante. Dicho y hecho y el sábado quedamos a la 5,00 h en Muskiz, de donde nos dirigimos a Kobaron a ver la mar en la zona de Peña Cercada.
La mar estaba bonita, bastante ordenada y con algún pequeño golpe que carecía de importancia, no hacía viento y la bajamar había sido a las 4,30 h, pero pensamos que a medida que subiera el agua, la mar se iría quedando algo bella, por lo que nos fuimos hasta la salida de Castro Urdiales a ver la mar.
Allí el panorama era bien distinto ya que había más mar con viento del oeste y cayeron unas chispas de agua, por lo que desistimos y nos fuimos para casa. Ese fue nuestro error, ya que de habernos quedado a pescar en Kobaron, seguro que habríamos cogido unos peces, pero la "avaricia" (tendencia a la perfección en la elección de la puesta) rompe el saco. ¡Siempre buscando la puesta óptima!
El domingo quedamos a la misma hora y otra vez a Kobaron a ver la mar. Nos dieron ganas de coger las quisquillas, los cangrejillos y las cañas y tirar todo al agua. ¡Menudo panorama! Se había movido la mar con marejada y fuerte mar de fondo que iba a más. Estuvimos mirando la mar en el antiguo langostero de Islares (imagen inferior) y hacía de más.
Allí nos encontramos con Fonso, Angel y Txaparro y tras saludarles y comentar sobre el estado de la mar, nos fuimos a puestas de aguas hondas en los cantiles de Islares (Punta del Najo en imagen inferior) como ya viene siendo habitual, donde nos encontramos con Marce y Tontxu Setién. Pescamos en la zona que está a la derecha, de cara al mar y que no se ve la rompiente.
Después de un buen rato tanteando la zona, la mar se puso imposible, como podeis ver en las dos fotos siguientes, y con dos sargos en el saco, nos dirigimos a la zona existente entre Oriñón y Sonabia.
Se trata de una puesta de aguas intermareales con fondo de arena y rocas sueltas en el fondo que para cuando llegamos ya había adquirido un calado apto para intentar pescar.


Estaba regular, ya que se alternaban largas belladas con trenes de golpes que revolvían la arena. Nueva decepción ya que estaba infectado de sargos más pequeños que la palma de la mano, por lo que otra vez recogí los bártulos y me dirigí, dejando allí a Gorka, a una zona en Sonabia en la que hubo un antiguo cargadero de mineral (en la foto se ve el machón de apoyo).
Bueno Ramontxu, retomo el hilo de la narración. Me quedé un tiempo más insistiendo en el pesquero con la captura de algún sargo terciado entre la morralla, e incentivado por la de algún ejemplar pezqueñin de lubineta que fue devuelto al agua, estuve vareando un rato con algún señuelo tipo Flash Minnow y algún pez plomeado sin resultado. Tras media hora de hastío seguí los pasos del profe con la idea de continuar peleando. Bartulos a la espalda y ¡adelante!, fuerte repecho de subida y tras coronar, pendiente de bajada.La zona en cuestión es de aguas submareales, como podeis apreciar en las siguientes fotos y la verdad es que estaba bueno para pescar y como hay buen fondo, se aguantaban muy bien los golpes de mar. Cuando llegué Montxu ya estaba bañando el corcho y ya había cogido algún sargo terciado.


Tras revisar el frente de rompiente, decidí pescar un rato a boya. Cogí algún sargo terciado también, alternando la zona y después los serranos o porredanas me comían el cebo. Así que rearme la caña de varear y estuve probando las distintas zonas con señuelos similares a los utilizados anteriormente más algún chivo, pero había demasiada agua. Por su parte Ramontxu, con ánimo incansable, anduvo persiguiendo al sargo, las zapateras u obladas y hasta a los muiles y en una de estas se vio recompensado con un durdo de porte aceptable y un muil para su propio consumo. ¡Cómo le gustan al condenado!
Los bajos utilizados en las aguas hondas de los cantiles de Islares fueron del 0,225 y 0,205, con un plomillo de 4 mm, anzuelo 1/0 de Asari, 4 plomillos en la línea y calados que oscilaron entre los 3,5 y 5,00 m para el sargo, alternando con bajos de 1 m de largo del 0,205, con un plomillo de 3 mm de diámetro y un anzuelo Mustad, recto, acabado niquelado, tipo crystal, del nº2, modelo 515-N para las obladas. Y en las puestas de Oriñon y Sonabia, bajos del 0,225 ya que el agua estaba algo tomada, con un plomillo de 4 mm, tres plomillos de 6 mm de lastre en la línea y anzuelo del nº2 de crystal de Mustad.
El resultado de dos cañas en una jornada que se dilató desde las 5 de la madrugada hasta las 13:30 h del mediodía con tres zonas de pesca distintas, alternando fondalios de aguas hondas con la zona intermareal y cuatro cebos, si contamos el pan, es el de la fotografía inferior. Picaron por igual al cangrejillo que a la quisquilla.

Por la hora que era ya cuando regresamos a Muskiz, castigados sin almuerzo, así que una ducha, un par de potes y a comer con la familia. Hasta la próxima jornada después de que pase el temporal que anuncían para el comienzo de semana a ver si tras la tempestad viene la calma y la abundancia.
Pescar, no pescamos mucho, la verdad sea dicha, pero la soba fue de mucho cuidado y es que a veces la constancia suele dar algún fruto.