El viernes día 20, en cuanto salí del trabajo a las 14,45 h, me fui derecho a coger unas quisquillas. Esto no es ninguna novedad, pero si se hace sin comer y sin llevar un bocata ni vino, me parece que es una locura, pero la pesca está llena de locos. Lo que no se es el número de afiliado que tengo. Bueno, el caso es que cogí una buena ración y aunque es temprano para estos crustáceos, con los miles de horas que me he pasado en las vegas y marismas, uno siempre tiene algún recurso.
Cambiando de tercio, vamos con la jornada del sábado día 22. Fuimos Gorka y yo, ya que Miguel estaba hecho harina de todo el montón de currelo que le endiñaron la semana pasada. Con la ilusión de tener una buena cesta de quisquilla, quedamos a las 4,30 h en Muskiz y nos fuimos derechos hasta el faro de Ajo con la esperanza de coger la mar bella, para ver si podíamos arrearles a las obladas y los chicharros, además de a algún sargo y quien sabe si también a alguna maragota. ¡Que ilusos!
Había marejada con ola del este que hacía impracticable la pesca. Menos mal que desde arriba se ve bien la mar y no hay necesidad de bajar a ras de agua. Vuelta al coche y nos fuimos hasta la casa de nuestro amigo Antonio Lavín, viejo conocido que desde hace muchos años me permite dejar el coche pegadito a la fachada de su casa. Nuestra idea era ir hasta la punta de Urdiales en su cara oeste, pues allí se aguantaba bien el oleaje procedente del este y suele ser buena zona para obladas y sargos. Nada más parar el coche, llegó seguido otro pescador en un Mercedes rojo que sin mediar palabra, sacó la caña y los bártulos y arrancó como un tiro y sin decir ni al menos "Buenos días", o sea, igual que los burros. Gorka insistía en ir, pues hay sitio para varios pescadores, pero yo no quise, pues con la mala leche que se me puso, igual la armo gorda, no por la pesca sino por la acción. Este hecho suele ser práctica habitual de algunos pescadores pero aún no me explico el motivo. A mi me ha pasado alguna vez que he llegado detrás de otro pescador y tras saludar, le he preguntado a donde iba a ir a pescar. Algunos me han contestado que a tal sitio pero que no tenían inconveniente alguno que bajase al mismo; otros me han dicho que a tal sitio y les he contestado que no se preocupe que yo voy a tal otro; cuando yo he llegado primero y ha llegado otro detrás, tras saludar, le he invitado a venir a la misma puesta si lo desease. Creo que ésto debe de ser así y no de otra manera, pues lo demás me demuestra una falta de compañerismo, no reñida a veces con una falta de educación. Bueno, dejo el tema que me enciendo.
Nos vinimos ya casi amaneciendo a la salida de Castro, al término que nosotros conocemos como "La Antena", pero había exceso de marejada del nordeste, tal y como podréis comprobar en el video de Gorka y sus comentarios. En esta zona, las mejores pescas se hacen con muy poca mar, siempre y cuando la ola no venga del este, nordeste e incluso norte. Es una zona sobrepescada. Bajamos justo al amanecer y tras macizar con sardina y con un par de puñados de quisquilla, yo al de 10 minutos recogí la caña pues me devoraban las bogas. Gorka estuvo un rato más, pero le sucedió lo mismo y además sólo cogió un sargo terciado, por lo que nos fuimos prontito a casa a meter de nuevo las quisquillas en el frigorífico, esperando que el domingo mejorase la cosa.
El domingo quedamos Gorka, Miguel, Sixto Mendizabal buen pescador y mejor sordero y el menda, a las 5:00 h en Muskiz y arrancamos en dos vehículos a ver la mar en la zona de la depuradora de Castro Urdiales. La mar seguía igual, pero con algo más de golpe. Miguel y Sixto se fueron a los cantiles de Islares a probar si había algún sargo y algún verdel o berdel. Yo me decidí por "La Larga del Tranvía" que es una lastra que aguanta bien estas mares y en la que las mejores pescas se suelen hacer en horas de bajamar. Como la bajamar era a las 7,19 h y la mar estaba aceptable, pues para abajo. A Gorka no le convenció mucho y se quedó en el coche aprovechando para echar una dormida, pues ha tenido una semana de curre atroz y a lo que unimos un poco de trasnochada; el resultado es un poco de dormilina.
En esta imagen podéis ver la zona en que estuve pescando y que no estaba tan mal para pescar. Esta foto está hecha en un momento que coge una de las olas de mar de fondo.
En esta otra se puede ver lo bonito que se quedaba la puesta, tras pasar los trenes de olas.
Como soy más pescador de quisquilla que de sardina, empezé a macizar al amanecer con quisquilla, pero la primera echada encarné con cangrejillo y cogí un buen sargo. Tras un rato en el que me pegaban pequeños toques a la boya, opté por poner un bajo corto del 0,205, como el que se refleja en el gráfico que sigue a continuación.
Tuve un ratillo en el que me entraron las obladas y pesqué 11 ejemplares y luego nada. Cambié el bajo por otro del 0,225 de Fendreel con un largo de 2 m, anzuelo revirado a la derecha, un plomillo en el bajo de 5 mm y cuatro plomillos esférico en la línea de un diámetro de 10 mm. El corcho a unos 40 cm de estos 4 plomillos, lo que hacía un calado total de pesca de 2,40 m. Volví a encarnar con otro cangrejillo y otro sargo guapo. Después, si te he visto, no me acuerdo. Macizé más a la izquierda con sardina a intervalos y cada 15 minutos echaba una calada con gamba y nada de nada, a pesar de que estaba bueno para pescar y es que en esta lastra, cuando viene la ola de frente, la rompiente es bastante uniforme. Así que hacia las 10,30 h, plegar y a ver lo que habían pescado Miguel y Sixto.
Este es el pobre resultado de la pesca que hice, pero es buena señal de que haya alguna oblada. Si el tiempo viene bueno, es posible que los peces empiecen a hacer acto de presencia. Lo que si me extrañó es la ausencia de chicharros por esta zona que suele ser muy buena para ellos. Nos fuimos a buscar a Miguel y Sixto que estaban por una zona más hacia Islares que la que yo había estado y Gorka decidió visitarles, pero no bajó la caña.
Aquí podéis ver a los dos gorriones encaramados como gaviotas y sin perder de vista las boyas.
En el pozo de la derecha hacía muy buena agua y es donde pescaron, ya que hay abundancia de rocas sumergidas que no afloran, pero que en los reflujos crean remolinos y turbulencias.
Y con esta cara de cabroncetes y sorna para el personal que no figura en la foto, nos muestran la excelente pescata que realizaron estos dos gorriones, aunque hay que decir que también Gorka contribuyó a la causa ya que Miguel le dejó la caña mientras le daba al fumeque y como es una pesca de las que borda pescó unas cuantas obladas también. ¡Ah! Sixto con mi Veret Arcadia.
Y esta es la pesca ya encestada para la foto de rigor de estos expertos pescadores, pero mejores compañeros de fatigas.
Casi todos los peces los pescaron con quisquilla, aunque en la zona situada a su izquierda, macizaron con sardina y encarnaron con gamba pero con escaso resultado.
El calado de pesca que emplearon fue entre los 2 y 4 m, con bajos del 0,225 y 0,205 mm.
Esta es la cesta de quisquilla que cogí el viernes y que fue repartida entre ambos dúos para la jornada de pesca. Estaban inmejorables, todas vivitas y saltando y es que en este tiempo aguantan vivas al menos tres días. ¿Y qué más voy a deciros de las excelencias de la quisquilla? Pues que a nosotros nos gusta más pescar con ella que con la sardina ya que las pescas tienen opción de ser mucho más variadas, aunque sabemos que tanto la sardina, como la anchoa, el relanzón o la miga de bonito con los hígados mueven mucho más a los sargos.
Un saludo y hasta la próxima compañeros y compañeras.