¡Saludos sufridores! Ya ha transcurrido mucho tiempo desde mi última publicación de mediados de octubre. Algunos me preguntáis que qué ha sido de nuestra crónica semanal y razón no os falta. Personalmente no he parado y la dieta ha sido variada. Desde el chuletón...
Pasando por los Edulis (este pollo si que me lía, ¡je je!)...
Sin olvidar los cefalópodos...
O los socorridos y ligeros almuerzos que no podían faltar.
Pero bueno, vamos al lío con las proteínas y el omega 3, con lo que me dispongo a recuperar una serie de salidas atrasadas que no son pocas. Coged postura que viene novela...
SÁBADO 13 DE OCTUBRE DE 2.012, DE GANCHEROS
Para esta jornada quedamos Miguel y quien escribe con Sixto, Edu y Natxo. Ramontxu ya andaba haciendo de las suyas por la costa lucense. La mar ese día estaba con algo más de dos metros de ola de fondo de noroeste. Nos asomamos a verla en las zonas expuestas habituales próximas a Castro Urdiales. Y tras ver el panorama, retrocedimos sobre nuestros pasos a este roquedo cercano a casa.
Así amaneció la magnífica mañana de pesca. La elección de esta puesta vino determinada porque la bajamar coincidía sobre las 9:30, y en su frente noroeste presentaba calado suficiente para pescar al alba. Aunque la zona de pesca era muy limitada para 5 cañas.
De esta manera Miguel y yo decidimos ejercer de gancheros macizando y desanzuelando, mientras estos tres gorriones les daban para el pelo a los sargos. Edu fue el primero en localizarlos.
Hubo también tiempo para la fotografía...
Y la distendida mañana dio para todo, sin poder faltar las risas. En primer plano lo que Miguel denomina "ovillo", término que se ha popularizado en la cuadrilla, ¡je je!
Natxo, tras arreglar el ovillo, con un buen ejemplar de sargo. ¡Ya va soltándose el pájaro! En cuanto a la actividad sarguera fue irregular. A primera hora con poca agua se dejaron ver pero hubo un largo parón hasta que el pesquero cogió agua, a media mañana. Para esas horas Natxo y Sixto, ya estaban cansados de pescar y Edu tuvo que ir a atender la hacienda. Fue entonces el turno de Miguel y mío, que armamos las varas y ayudamos a arreglar la cesta.
Entre todos esto fue lo conseguido al final de la mañana. Aunque en la foto faltan las 4 que se llevó Edu para alimentar a las fieras, ¡je je!
La imagen de la costa al salir del roquedo, con las típicas espumas de mar de fondo.
SÁBADO 20 DE OCTUBRE DE 2.012, DE INSPECCIÓN CON IKER Y AKEITZA
En esta ocasión nos juntamos con Iker y Akeitza, que son incansables como tractores. Y precisamente volvimos a la misma zona de pesca de la fotografía superior, ya que las condiciones de mar eran muy similares, con ola más de oeste.
Nos dividimos en dos grupos. Miguel y yo tiramos más a bello. El pescado tardó en aparecer y luego a los sargos les dio por picar en mar plato, bastante abiertos y sólo al langostino. El otro bikote buscó un roquedo más expuesto y tras las primeras capturas de sargos, sufrieron una invasión de bogas. Así que armaron el petate y sin conocer la zona, fueron a inspeccionar hasta que les perdimos de vista. ¡Son bravos estos gurriatos!
Finalmente nos comunicaron que habían localizado pescado. Miguel y el menda también cambiamos de pesquero, eligiendo uno en el que nunca habíamos estado y al que nos costó encontrar la bajada.

A base de remar y entre los cuatro, ésta fue la trabajada pesca que reunimos.
Fotos de familia y contentos. Y Miguel y Akeitza unos chupacámaras, ¡je je!
25 DE OCTUBRE DE 2.012, COMIENDO EN BELLO
Este jueves era fiesta y coincidía una jornada de mar muy bella y bajamar tras el alba. Como Ramontxu apuraba sus vacaciones por Lugo, quedé con Miguel, quien no quería madrugar. Así marché yo de avanzadilla a probar si era capaz de engañar algún sargo en la oscuridad.
De noche no tuve más que picadas de bogas. Justo antes de amanecer aparecieron tres luces. Les lancé un improperio ya que no hacían más que alumbrarme, hasta que me di cuenta de que era Miguel acompañado de Lalo y Alberto. La mar estaba de risa y no había ni sitio donde calar. De hecho, Lalo ni armó la caña.
Sorprendentemente, al amanecer, avancé con la bajamar hasta una mínima rompiente y conseguí sacar 12 sargos seguidos con el 0,205 mm. Otros dos me rompieron. Era increíble. Era uno de esos días en que piensas que tienen que estar borrachos porque parece imposible que coman en esas condiciones. Pero parecía que pescado había...
La actividad no pasó desapercibida para mis compañeros que se acercaron. Poco después, entre los cuatro y con dos cañas aprovechamos para sacar estos sargos de la imagen, en un pequeño caño sin calado mientras la marea lo inundaba. Fue media hora frenética. La foto superior de la zona de pesca no es ningún montaje, sino el estado de la mar a las 10:00 cuando dejamos de pescar. Hubo un momento en que Miguel llegó a bajar junto al agua a soltar el anzuelo que se había enganchado, mientras el menda sacaba un sargo a escasos 2 metros. Ver para creer.
Y una vez lavados había que ordenarlos un poco.
Y Lalo y Alberto más contentos que Mac Gyver en Leroy Merlín.
Y aquí Lalo mirando con envidia la mítica caña murciana Carswell de Alberto que tendrá lo de 30 años. Está claro que es una vara para hombres, no para muñecos, ¡ja ja ja!
10 DE NOVIEMBRE DE 2.012, A TRIPAS REVUELTAS...
Y esta salida es de hace tan sólo 10 días. Volvimos a la carga los dos habituales pues Ramontxu había trasnochado el muy pájaro y no quiso madrugar. Miguel llegó con las tripas revueltas y no se encontraba muy allá. Ese mismo día tenía lugar el concurso de la Peña Cultural Los Peras de Ontón, así que ante la presencia de pescadores por la zona anduvimos rápidos en la elección de pesquero.
Nos coincidía la bajamar justo al amanecer, por lo que aprovechamos para acceder a una punta expuesta. La mar tenía golpes traicioneros y había que estar atentos. Nada más echar salieron 4 sargos majos y después pescado pequeño. Mi compañero que seguía molesto con el estómago recogió y se fue para el coche. Cuando el agua comenzó a subir se metió el pescado pero hube de salir del roquedo pues la mar estaba in crescendo y me cerraba el agua.
Cuando llegué al coche vi que Miguel había accedido hasta otro pesquero cercano a donde me dirigí. La mar iba más y se le estaba poniendo bastante bueno. Allí bajé pero mi compañero no había tocado un pez. Fuimos probando por los distintos txokos y comenzaron a aparecer los sargos salteados.
Finalmente, me decliné por este pozo una vez que cogió calado. Enseguida se dejaron ver los espáridos y al de poco llegó Miguel. El tiempo había cambiado. El cielo estaba amenazante y comenzó a soplar viento de noroeste. Aquí estábamos al socaire y seguían picando.
Para las 11:30 nos vimos obligados a recoger, ya que se puso a llover. La subida no era buena y no habíamos puesto la cuerda. Así que para arriba ligeros antes de que se mojara del todo el firme. Estos cuantos reunimos y contentos, a pesar de la seriedad de mi compañero.
Por ahora ya es más que suficiente y Edu no se podrá quejar. Alguna jornada más intermedia ha habido, pero nada destacable. Tras estas cuatro salidas sólo me queda la del sábado pasado día 17 cuando tuvimos una jornada fructífera. ¡Hasta pronto compañeros, precaución y buena pesca!