Los calamares de tamaño se dan por nuestra costa cantábrica entre finales de octubre hasta el inicio de la primavera. Se capturan tanto en las bocanas e interiores de puertos, como en las costas de acantilados y farallones de mayor o menor altura, pero todas ellas tajadas y de una profundidad o calado notables.
Nunca me ha gustado pescarlos en sitios muy frecuentados y prefiero hacerlo en puestas más solitarias, a las que por referencias de amigos lugareños o por la propia investigación, sé que son buenas zonas para su pesca.
En la costa que suelo practicar esta pesca y hace muchos años, me fui durante 3 días a recorrer el tramo de costa fructífero para estos cefalópodos, llevando una caña larga con su carrete, un plomo de pera, mi tablero de dibujo, folios y un lápiz, por supuesto. Dicho tramo de costa tendrá unos 800 m más o menos. Hice un croquis de dicha costa y empecé por un extremo a medir el fondo mediante vueltas de carrete, es decir, cuando el plomo tocaba el fondo, tensaba el hilo y después contaba las vueltas de carrete hasta que el plomo aparecía a flor de agua. Esta operación la hacía cada 10 metros más o menos y aproximadamente a la misma hora, pero estimando el nivel de la superficie del agua por la diferencia horaria de la marea. De esta forma iba anotando las vueltas de carrete en cada punto y las marcaba en los croquis de los folios. Por ejemplo, en el folio nº10, tenía varios puntos con los números de los puntos que me entraban en el mismo y así en el punto nº100, escribía junto a él entre paréntesis, el número 28 que eran las vueltas de carrete que había desde el fondo hasta la superficie. ¿Qué conseguí con todo ello? La respuesta es previsible ya que con ello logré establecer un perfil del fondo y las zonas en que el fondo era uniforme, es decir, era más o menos horizontales y en las que había muchas posibilidades que la zona fuese buena para la captura de los calamares, puesto que al no haber depresiones, la potera sería visible en todo el campo de acción. Ni que decir que la croquización de todo el tramo de costa lo conseguí con varios folios unidos correlativamente con papel cello transparente a modo de acordeón.

En esta imagen se puede ver una zona de costa abierta que es propicia para la pesca de calamares.
Y en esta otra, otra zona de similares características.
Inicialmente quiero decir, que no me gusta ir a puestas frecuentadas, porque hoy en día son una romería, porque tienes posibilidades de discutir puesto que si sacas algún ejemplar, siempre habrá el listillo de turno que te plante la potera o el pajarito en el morro y porque no me agrada que los pescadores que vayan con dos o tres cañas y colocan en cada aparejo 3 o 4 artilugios, símbolo de avaricia o codicia. En estas costas abiertas siempre he pescado con una caña y estando sólo o en buena compañía (en lugares en los que tu ubicación forma un vuelo o saliente), los he pescado con un aparejo en cada mano, como en embarcación o en las vertederas de los antiguos cargaderos de mineral y fijados ambos al asa de la cesta de castaño que usamos para la pesca a boya y se pescan, ¡vaya si se pescan! En este tipo último de pesca mencionado, es muy importante es estar continuamente haciendo largadas con el aparejo, es decir, recogerlo y lanzarlo en todas las direcciones,
Hoy en día existen muchos artilugios para la pesca del calamar durante todas las estaciones del año y el más utilizado es el pajarito o jibidevon ya que es de fácil adquisición y con una caña corta y ligera, se puede intentar la pesca, aunque ésta es una forma mayormente utilizada en los puertos. No obstante, mi intención primera es describir los métodos más tradicionales utilizados en costas abiertas, pues es donde he practicado durante gran parte de mi vida ésta actividad.

En primer lugar quiero mencionar las jibioneras, guadañas o poteras de toda la vida. Como podéis ver en la imagen, os muestro tres tipos de poteras. La de la izquierda es una cuyos ganchos están formados por anzuelos muy resistentes, por lo que son muy aptas para los calamares de porte ya que son prácticamente indeformables ante el peso de un gran ejemplar. Este tipo de poteras las adquirí en Castro Urdiales hace más de 25 años y son para mí como joyas que cuido y mimo con esmero. La de la imagen tiene una longitud (altura) de 9 cm pero también las tengo de 11 cm.
Las otras tres son modernas y en longitudes (altura) de 10 y 11 cm. Las cuatro poteras tienen un diámetro en su corona de 3 cm, cuestión está importante a mi juicio, puesto que sobresalen bastante del cuerpo de plomo, por lo que las clavadas tienen más posibilidades de éxito.
En cuanto a sus colores, la que más fama tiene es la que tiene la mitad inferior de hilo blanco y la superior de color rojo, pero en la época de calamares de tamaño, van bien todas aquellas que tienen la mitad inferior blanca y la superior con colores oscuros como los de la imagen.
Personalmente me gustan las de siempre forradas con hilo y no con plástico aunque tiene el inconveniente de mancharse mucho más, por lo que en caso de usarlas, tendremos que llevar un frasco de colonia con agua y un cepillo de dientes.
En esta imagen podéis ver el nudo Super Clinch reforzado o mejorado que es el más utilizado para fijar las poteras al bajo o conexionar tanto el bajo como la línea al emerillón. En el emerillón no hay problemas para realizar el nudo, pero en las poteras puede ocurrir que el ojal sea muy estrecho y no pase el hilo en doble, por lo que podemos optar por dos soluciones: una ampliar el ojal pero teniendo cuidado de no debilitarlo y no dejar rebarbas que deterioren el hilo posteriormente o realizar un Super Clinch normal o sin reforzar o mejorar, es decir, introduciendo una sola vez el hilo por el ojal.

En esta otra imagen podéis ver el nudo Cove, también llamado nudo de agua y que se utiliza para fijar una pata o ramal al bajo principal y al que en el extremo que apunta hacia la punta del bajo, le empatamos un anzuelo a poder ser revirado y cortando el otro extremo sobrante. Al extremo del bajo principal le empatamos la potera. El objeto de poner un anzuelo en el extremo de la pata es para encarnar media sardina, una pequeña faneca, un alevín de muble, etc., ya que en la época de calamares grandes, éstos suelen atacar mejor al cebo que a la potera.
No obstante, al emplear bajos y patas de un diámetro considerable (generalmente del 0,30 o 0,35), se puede sustituir el nudo cove o de agua por un doble nudo llano o simple.
Cuando hayamos elegido la puesta, lo primero que hacemos es armar la caña y fondear el aparejo. Imaginemos que hemos optado por un aparejo simple con una sola potera en el extremo del bajo y cuya posición normal de pesca es la de la imagen siguiente.

Seguidamente cogemos el bajo y lo pasamos por el hueco existente entre dos ganchos consecutivos y en lados opuestos de la potera aproximadamente, como se aprecia en la siguiente imagen.
Repetimos la operación en espacios entre ganchos que no sean los mismos del paso anterior, como se aprecia en esta otra imagen.
Finalmente tensamos el hilo y damos la vuelta o invertimos la jibionera como se aprecia en la imagen siguiente y que nos quedará lista para dejarla caer con el pick-up del carrete abierto hasta que toque el fondo y al estar los ganchos o anzuelos apuntando hacia el fondo, será prácticamente imposible que se enganchen al mismo.

Cuando la potera toque fondo, buscaremos en la puesta una postura cómoda puesto que vamos a trabajar durante un buen rato (casi siempre con la caña en un plano inferior al horizontal puesto que podremos buscar algún apoyo para descansar y no aguantar todo el rato la caña a pulso) y después recogeremos con el carrete hasta que la línea se tense, acto seguido recogemos entre un metro y una braza (1,67 m o lo que miden los dos brazos extendidos), para posteriormente realizar con la línea un ballestrinque que se inserta en la bobina del carrete como se intuye en la imagen siguiente y se tensa, con lo que la línea queda fija. Se suelen hacer dos ballestrinques para más seguridad. Este nudo es muy fácil de deshacer. Con ello conseguiremos que la potera nunca se enganche en el fondo cuando la dispongamos en su forma natural de pesca.
Es obvio que cuando hayamos fondeado, deberemos restituir la potera a su posición natural, es decir, con la punta de los ganchos, alfileres o anzuelos apuntando hacia arriba y después dejarla caer al agua e iniciar la pesca.
Decir asimismo que hay pescadores que llevan un trozo de nilón con un plomo de pera en un extremo y una gaza en el otro con un largo entre el metro y la braza que les sirve para fondear el aparejo y para ello fijan la gaza en los ganchos de la potera en su posición de pesca, o sea con las puntas de los alfileres o ganchos hacia arriba. Cuando el plomo toca fondo, sólo les resta realizar la misma operación detallada anteriormente de buscar postura con la caña, tensar la línea, fijar la línea en la bobina del carrete con uno o dos ballestrinques, subir el aparejo, soltar la gaza de los ganchos de la potera y dejar caer el aparejo al agua para iniciar la pesca.

En el croquis siguiente se aprecia la postura o posición más habitual de pesca con la caña por debajo de la horizontal y con la potera a la distancia del fondo que acabamos de mencionar anteriormente. Las dos flechas indican el movimiento de abajo hacia arriba que hay que hacer con la caña, es decir, primero se levanta y luego se baja a su posición de reposo. Dicho movimiento no tiene que ser brusco ni de mucho recorrido y personalmente, lo hago alternativo con uno lento y otro algo más vivo pero siempre sin elevar la caña más de 50 cm. El tiempo entre cada movimiento es a gusto del consumidor, pero con hacerlo cada 10 segundos, vale.
A continuación vamos a describir algunos útiles y accesorios que se utilizan habitualmente en la pesca de los calamares.
En la imagen superior podéis ver un mosquetón con emerillón de la marca Berkley Easy a la izquierda y que se utiliza para enganchar con facilidad la varilla al aparejo como veremos más adelante. En el centro se ven dos tipos de emerillones que se utilizan para unir el bajo a la línea o para ubicar entre dos de ellos un pajarito, como veremos luego. A la derecha un anzuelo Mustad 505 revirado para encarnar media sardina, fanecas, mubles, etc.
En esta otra imagen se puede contemplar una pequeña bobina de hilo elástico que se emplea para una mejor sujeción de la media sardina u otra carnada al anzuelo o de la sardina entera a la varilla.
En esta imagen se pueden ver dos modelos diferentes de varillas, una con una corona de alfileres y la otra con dos coronas. Ambas tienen una altura de 15 cm.
Aquí un frasco de colonia con agua y un cepillo de dientes, útiles indispensables cuando empleamos poteras forradas con hilo, vamos, de las de toda la vida.
A continuación os expongo los aparejos más utilizados en la pesca de los calamares de tamaño.
APAREJO 1: CON POTERA, PATA CON ANZUELO y MEDIA SARDINA Y EMERILLÓN. Este aparejo es el representado en la imagen inferior y es el que más utilizo personalmente pues independientemente de su alta efectividad, me permite lanzar o largar el aparejo hacia el frente o hacia los costados, como se indica en el croquis más arriba mencionado, puesto que los calamares se encuentran a veces más alejados del cantil o del babero o en aguas intermedias y con las largadas tenemos opciones de buscarlos. Funciona mejor la media sardina con la parte de la cola y es conveniente que la sardina sea fresca, puesta en sal gorda entera 24 h y escurrir el agua al menos dos veces. Otra cosa a tener en cuenta es una vez anzuelada en la pata o ramal, darle unas vueltas de hilo elástico en la zona de la cola, sobretodo si hacemos largadas o en su defecto un bucle como los que hacemos para encarnar en la pesca al lanzado. Haremos las largadas lanzando el aparejo de costado y amortiguando el golpe del mismo un instante antes de que toque el agua. El emerillón tiene como misión evitar al torsión del hilo, a la vez que permite el giro horizontal de la potera. Es conveniente que la parte inferior de la media sardina no sobrepase hacia bajo de la línea de unión de los dos colores de hilo de la potera a fin de que no disminuya la capacidad del diámetro de la corona en el clavado o aferrada.
En cuanto a su composición se aprecia claramente en el gráfico y consta de la potera en el extremo del bajo de longitud de 1,80 m y diámetro del 0,30, una pata del mismo diámetro con un anzuelo en su extremo, ubicada en la parte superior de la potera y un emerillón en el otro extremo del bajo que une éste y la línea mediante dos nudos Super Clinch reforzados. La unión de la pata al bajo se efectúa con un nudo Cove o con un nudo llano doble. La línea del carrete será del 0,40.

APAREJO 2: CON POTERA, PATA CON ANZUELO Y MEDIA SARDINA Y VARILLA CON SARDINA ENTERA INSERTADA. Es el aparejo representado en la imagen siguiente. En su parte inferior es idéntico al aparejo 1 anterior con la potera y la pata con su anzuelo y media sardina. El bajo es asimismo de un largo de 1,80 y diámetro del 0,30 y por el extremo opuesto al de la potera le fijamos una varilla con un nudo Super Clinch reforzado. Al ojal existente en la parte superior de la varilla se le inserta un mosquetón con emerillón de la marca Berkley Easy y el emerillón lo fijamos a la línea del 0,40 con otro nudo Super Clinch reforzado. La sardina se inserta en la varilla de cabeza a cola tal como se refleja en el gráfico.
En la imagen siguiente podéis ver el mosquetón con emerillón Berkley introducido en el ojal superior de la varilla.
A continuación una imagen ampliada del detalle de la fijación del mosquetón al ojal de la varilla. El objeto de emplear este accesorio es su facilidad para meterlo y sacarlo del ojal cada vez que cambiamos la sardina.
La sardina una vez insertada en la varilla, donde más "sufre" al mover el aparejo, es en la zona junto a la cola ya que es la más estrecha, por lo que en dicha zona se la da más firmeza y rigidez con seis o siete vueltas de hilo elástico, tal y como se señala en el gráfico siguiente.
Este aparejo se fondea de igual forma que el aparejo 1, es decir, invirtiendo la potera y posteriormente siguiendo los mismos pasos indicados en el mismo.
Si se efectúan largadas con este aparejo, conviene tener un poco de práctica para evitar enredos y las largadas no deben ser violentas ni muy largas a fin de no deteriorar las sardinas.
APAREJO 3: CON POTERA, PATA CON ANZUELO Y MEDIA SARDINA Y PAJARITO. Este aparejo en su parte inferior es igual a los anteriores pues lleva potera más la pata con el anzuelo y media sardina. Se diferencia del aparejo 2 en que en vez de varilla y sardina, lleva un pajarito. Es el de la imagen que sigue a continuación. El bajo es asimismo de un diámetro del 0,30 y una longitud de 1,80 m y la línea a su vez del 0.40. Se utilizan pajaritos de corona grande de 3 cm de diámetro y que lleven lastre o plomeado en su parte inferior, de forma que bajo el agua queden más o menos horizontales. El pajarito se coloca por su anilla en el sedal que se pone entre dos emerillones que una vez fijados guarden entre sí una distancia de 10-12 cm a fin de que el pajarito pueda correr libremente por ese tramo de sedal. Toda esta parte del aparejo la realizo de la siguiente forma: primero fijo la línea del 0,40 a un ojal de un emerillón con un nudo Super Clinch reforzado, después cojo un tramo de sedal del 0,30 y unos 30 cm de longitud que lo uno al otro ojal del emerillón con el mismo nudo Super Clinch reforzado, luego por el extremo que queda libre del sedal, meto la anilla que trae el pajarito en su boca y a continuación el mismo extremo del sedal lo fijo al ojal de otro emerillón con el mismo nudo Super Clinch reforzado, procurando que al acabar el nudo, queden entre ambos emerillones los 10-12 cm mencionados anteriormente. Sólo nos queda unir el bajo del 0,30 por su extremo libre al otro ojal del emerillón, ya que en su otro extremo van la potera y la media sardina cosida en la pata y su anzuelo.

Para una mejor comprensión, os adjunto esta fotografía de detalle.
Con el aparejo citado se pueden realizar largadas con cierta suavidad y una cierta técnica a fin de que no se enrede.
Hay pescadores que colocan el pajarito mediante un emerillón triple, fijando a la anilla superior la línea, a la inferior el bajo y de la anilla lateral sacan una pata o ramal de de 10-12 cm al que fijan el pajarito.
APAREJO 4: CON BOYA Y VARILLA CON SARDINA INSERTADA. El primer aparejo que os muestro es el del siguiente gráfico. Aunque se puede utilizar el todo tipo de escenarios, se utiliza mayormente en los puertos cuando se pesca con dos cañas y en la que se deja fija o apoyada, se coloca este aparejo. Consta de un bajo de longitud a gusto del consumidor aunque lo normal es que sea de unos 4,00 m y diámetro del 0,30. En primer lugar unimos el bajo a la línea del 0,40 con un nudo Cove o de agua aunque puede valer un nudo de sangre, después por el extremo libre del bajo introducimos la boya, para acabar fijando en el extremo un mosquetón con emerillón Berkley y la varilla, tal y como hemos indicado en el aparejo 2. En horas nocturnas se le coloca una barra de luz a la boya por su parte superior a fin de visualizar su situación y las picadas. Podremos variar la profundidad de pesca desplazando el corcho a través del bajo.

Sin embargo, cuando se pesca con la caña en la mano, se utiliza el aparejo de la figura siguiente que se diferencia únicamente en que a la boya se la quita el espiche o la barra de luz para que, quede libre por el bajo pero por encima de ella se hace un nudo llano o simple con un trozo de goma de banco que se aprieta y se le da en el nudo un punto de pegamento rápido, con lo que queda corredizo pero no se afloja. En horas nocturnas, se usan boyas que previamente han sido pintadas por su parte superior con fluorescente aunque también se pueden usar boyas que vienen comercializadas con un hueco descentrado a la medida de las barras de luz para insertar éstas. La finalidad de tener la boya libre es que se mueva la varilla con la sardina al elevar la caña de punta pues el bajo corre libremente a través de la boya.

Para este aparejo podemos preparar una de las boyas que usamos para la pesca a corcho y que consiste en incrustarla en un lateral un bucle hecho con un trozo de alambre de 1 mm de diámetro y los dos extremos sobrantes del bucle los introduciremos en el corcho con pegamento rápido. Por el interior de este bucle meteremos el bajo para después fijar un extremo del mismo a la línea y por el otro al mosquetón-emerillón Berkley. Un poco más abajo del nudo de unión del bajo con la línea o junto a él, haremos el nudo con la goma de banco. A la boya la pondremos por su parte superior la barra de luz y por la inferior la barrita de plomo de lastre que la mantiene derecha o vertical. En la siguiente imagen se refleja lo que he querido explicar.
Más fácil resulta usar una boya de pera que viene con el lastre incorporado a la misma en su parte inferior aunque también tendríamos que incrustarla la alambre con el bucle.

Una vez que hemos visto los aparejos más utilizados, hablaremos de la técnica a utilizar con los aparejos 1, 2 y 3 que es sencilla ya que el aparejo 4 no lo utilizo. Una vez echado el aparejo al agua, empezaremos pescando a fondo, es decir, soltando toda la línea hasta que ésta se frene por el ballestrinque que hemos hecho en la bobina del carrete, por lo que la potera con la media sardina se encontrará a una distancia del fondo entre 1,00 m y una braza. Movemos la punta de la caña 5 o 6 veces a intervalos de 10 segundos. Si no hay picada, recogemos 3 o 4 vueltas de carrete y repetimos la operación y así sucesivamente hasta que tengamos el aparejo a flor de agua. Si tenemos picada, sabremos a que profundidad ha sido pues habremos memorizado a cuantas vueltas de carrete se ha producido. En caso de no producirse picada, tendremos dos opciones. Una es dejar bajar el aparejo poco a poco hasta abajo repitiendo los movimientos y otra es la de realizar una largada del aparejo bien hacia el frente o hacia los costados y en caso de hacerse ésta operación, lo haremos siempre siguiendo un orden que puede ser izquierda, centro, derecha.
La picada del calamar puede ser de varias formas. Una es notando un pequeño tirón hacia el fondo, otra sintiendo como agarra el engaño sin moverlo ni hacia arriba ni hacia abajo y otra sintiendo como perdemos peso o se afloja la línea que es cuando el calamar agarra el engaño y lo sube hacia arriba, lo que indica que lo ha visto desde una posición inferior a la que tiene el engaño en el agua. La clavada o aferrada nunca debe de ser violenta sino firme y seca y su izado o recogida debe ser continuo, seguido, pero sin forzarlo y aguantando sus escapadas hacia el fondo pues corremos el riesgo de desgarrar sus charpas o tentáculos. El propio calamar con su conducta, nos va indicando como debemos de proceder. Cuando están "recelosos", hay veces que notamos en la línea como pequeños toques y no lo aferramos, lo cual indica que lanzan los tentáculos largos para estudiar el engaño. Si esto sucede, levantaremos el aparejo braza y media o dos brazas durante 5-6 segundos, después lo dejamos caer de golpe a la altura anterior, contamos 4-5 segundos y damos el tirón. Comprobaréis la alta efectividad que tiene esta operación pues la mayoría de las veces lo habremos aferrado.
Cuando hay mar de fondo, se manifiesta por un ligero temblor de la línea y con el aparejo a fondo, veremos que nos cuesta moverlo; es como si pesaría más de lo normal cuando lo movemos. Si ésto sucede, vamos subiendo poco a poco el aparejo y cuando notemos que el aparejo pesa lo normal, es desde esa profundidad hacia la superficie donde pescaremos algún calamar pues es la zona donde se sentirán "cómodos".
En esta época de calamares grandes, casi siempre llevo un bote de mazacote de anchoa como el que se refleja en la imagen inferior, con la cuchara para verterlo. El mazacote no estará molido en exceso para que no flote. Antes de verter macizo al agua, echo al agua algo, como un palo o una bola de papel para ver su comportamiento. Si se mantiene estático a flor de agua, vierto el macizo justo debajo de la puesta. Si se desplaza suavemente hacia la izquierda lo vierto más a la derecha de la puesta, procediendo de igual forma si se desplaza hacia la derecha, es decir, vertiéndolo a la izquierda de la puesta. Si se desplaza hacia un costado de forma rápida, lo mejor es no macizar pero si llevamos dos cañas, a una de ellas podremos ponerle en el extremo de la línea un trozo de media de mujer o de red tupida rellenada de mazacote y sumergirlo a la profundidad en la que al aparejo (cualquiera de los tres que utilizo) se le note bien su peso propio. En vez de amarrarlo directamente a la línea, lo mejor es atarlo a un bajo de menor diámetro. Si no disponemos de una segunda caña, podremos colgarlo directamente con una cuerda o un sedal de cierto grosor desde el mismo cantil si éste forma algo de vuelo.
El macizo suele dar buenos resultados ya que si atrae a los peces, los calamares estarán detrás de ellos y se toparán con nuestros aparejos.
Es muy recomendable llevar en esta época un redeño acoplado a una caña telescópica como el que se refleja en la siguiente imagen, puesto que con él podremos evitar la pérdida de grandes ejemplares de calamares que si vienen aferrados por la zona media de los tentáculos, al intentar izarlos con la caña o a mano, notaremos como éstos se van desgarrando por el peso de los calamares. Para emplear el redeño, lógicamente extendido, su longitud ha de ser igual o mayor que la distancia que tenemos desde la puesta al agua y claro está que habrá que tener en cuenta la marea ya que el nivel del agua no será igual en pleamar que en bajamar. El redeño deberá estar bien plomeado en el centro de la bolsa.
También se le puede acoplar a la caña telescópica un gancho en su extremo en vez del redeño.
Si las puestas son de cierta altura, es evidente que un redeño no nos servirá de nada, pudiéndose utilizar en estos casos un cepo como el que se detalla en la imagen siguiente y que se introduce por la línea y se deja caer por la línea de golpe tras haber desenrollado la longitud de cuerda suficiente. Es obvio que el calamar estará a flor de agua para realizar esta operación y que normalmente, se necesita de dos personas para ejecutarla sin complicaciones. El diámetro del aro puede ser entre 20-30 cm.
También se puede llevar un retel con su cuerda.
Para quienes desconocen la pesca de calamares de tamaño, puede parecerles exagerado el uso del redeño, el cepo o un retel, pero los asiduos sabemos que ejemplares entre 1 y 2 k son bastante normales e incluso de más peso. Personalmente, el mayor que he pescado, alcanzó un peso de 3,950 k y lo logré con una caña de bambú de varear a la lubina, línea del 50/100 y una potera de anzuelos de 15 cm de longitud (altura). Y de los que me dijeron ¡adiós!, prefiero no acordarme.
En cuanto a las mejores horas para la pesca de grandes ejemplares, la experiencia nos dice que al amanecer y al atardecer es cuando los calamares se acercan al cantil de la costa. En horario nocturno, las mejores horas son imprevisibles, como la conducta de los calamares. No obstante, dos horas después de atardecer y dos horas antes del amanecer, suelen tener un cierto aumento de su actividad.
Los mejores tipos de mares para su captura son sin ninguna duda todas aquellas superficiales, sin mar de fondo y que se han originado por el viento, tales como marejadillas y mares rizadas e incluso marejadas suaves, aunque a veces con mares bellas y heladas se han conseguido buenas capturas.
Finalmente decir que este tipo de puestas en costas abiertas, hay una mayor cantidad de capturas con la marea subiendo que bajando, siendo mis preferidas las que son de un coeficiente medio.
Respecto a los nudos que os he indicado, no necesariamente tenéis que utilizarlos, puesto que hay otros muchos similares e incluso mejores, así que cada uno haga los que más le gusten.
Y nada más, que tengáis suerte, pero no abuséis de este tipo de pesca pues en ésta época, los calamares tienen huevas y se acercan a la costa a desovar.