PENDIENTES DEL PARTE. 30 Y 31 DE OCTUBRE 2.010

Esa última semana del mes de octubre, la pasamos mirando diariamente el parte meteorológico. La conclusión: que iba a estar revuelto con tiempo cambiante, pero la no coincidencia de las distintas fuentes hacía presagiar que acertarían a medias.

Y así fue. Por eso el sábado organizamos todo como siempre. Llevábamos esperando desde el domingo anterior, y antes de que nos saliese algún sarpullido había que atacar.

Amanecimos Miguel y yo con las segundas luces ya en el pesquero elegido con intención. Éste fue el primer objetivo de ataque. Topamos otra vez más una mar muy irregular con belladas demasiado largas. El agua no guardaba color y en cuanto pasaba el golpe se veía todo el fondo. Típico del fuerte viento sur que se dejaba sentir fuera del resguardo del monte. Además no sé si será por el tipo de sardina o la época del año, pero el macizo no soltaba nada de grasa y apenas daba color al macizar. 

Como solemos decir, ¡menuda "agarrada"! Escapini va mejorando la postura del banquito. Aquí se le ve con temple, aguantando confiado los envites y diría, hasta sonriente. Los sargos se mostraron irregulares y picaban por impulsos. También pusimos unos cuantos piercings de forma desinteresada, ¡ja ja ja!  

Otro txoko y nunca mejor dicho. En euskera además de una jibia o lugar de encuentro generalmente para comer y beber, significa también rincón. Un pequeño remanso para el macizo.

Y la cesta casi llena con algunos ejemplares bastante majos. Y ya casi en noviembre que estamos con una temperatura aproximada del agua de 16,3 ºC, tenemos un pez ballesta del que se dice tropical. Pasamos una mañana perfecta en cuanto al acierto del pesquero por el viento fuerte de sur reinante. De lluvia ni rastro y hasta pasamos calor. A ver que deparaba el día siguiente.

Esta vez nos acompañó Juan Antonio, alias "Nervión", sin madrugar mucho. La mar ya tenía otros bigotes y hubimos de buscar zona para ella. Ya de día, con los primeros lances se dejaron sentir algunos sargos de buen tamaño al zapatero. Cualquier intento con gamba era rápidamente interceptado por la plaga de estos bichejos de cuyo nombre no quiero acordarme. 

A primera hora la mar estaba buena para pescar, más bien a bravo, como a nuestros amigos astures les gusta. En esta secuencia se ve como evolucionaba tras el golpe en la puesta de altura.

Aquí debajo ya se iba vislumbrando el podium de la jornada, con Nervión inalcanzable como los Red Bull. Bártulos esparcidos estratégicamente y las gambas casi sin usar.

Vista superior de Miguel que sujeta fuertemente su vara.

Y a partir de media mañana, tras sortear un chaparrón de unos 15 minutos a resguardo, la mar acabó por echarnos del pesquero. Parece que había algún pez, pero las belladas eran por momentos inexistentes o demasiado breves y no nos dejaba pescar. Por no hablar del macizo que flotaba por alta mar. Lo intentamos un rato aumentando el lastre ante el exceso de arrastre pero finalmente dimos por concluida la jornada. 

Esto reunimos y gracias. Después algo de almuerzo y para casa. Este sábado día 6 hemos vuelto a fallar. Topamos con condiciones difíciles de mar fuerte y bajamar tremenda, pero no es disculpa. Tendremos que espabilarnos si queremos rellenar la cesta. ¡Hasta pronto!