LA PESCA DE LA OBLADA

DENOMINACIÓN CIENTÍFICA: Oblada melanura
DENOMINACIONES EN EL CANTÁBRICO: Bustanbeltz, kollaka, colanegra, ojada, ahojada, ahujada, zapatera, zapatero, perpelute, chepa, chaparella, pintacola, chopeta, galana, doblada, etc.

Es un pez litoral gregario de la familia de los espáridos, con dientes incisivos muy cortantes, dorso de color azulado, flancos gris plateados y vientre blanquecino, boca mediana orientada hacia abajo que en su interior lleva un parásito que se conoce vulgarmente como pulga pero su nombre científico es Cymothoa banesi. Su longitud oscila entre los 20-35 cm y su peso entre 200-600 g aunque puede pesar 800 g y más. Su hábitat preferido son las zonas submareales aunque con aguas cálidas entra en zonas intermareales e incluso en las rías. Le gustan las aguas limpias y bien oxigenadas. Es un pez omnívoro que come algas, pequeños crustáceos y moluscos, alevínes, etc.
En la imagen siguiente podemos ver dos ejemplares que pescó nuestro amigo Rubén Elortegi encarnando con filete de anchoa de lata.

Su pesca la realizaremos en zonas submareales en las que la rompiente cree una lengua de espuma o babero que sobresalga del resto de la rompiente y que se interne más mar adentro, como la que se aprecia en la siguiente imagen. La pesca se inicia macizando con quisquilla viva o pulga viva, macizando con dos o tres puñados en la misma orilla (punto 1) y posteriormente ir echando un puñado pequeño cada 7-8 minutos; poco pero seguido. Normalmente, si las obladas entran en la zona, las veremos saltando a flor de agua y dando carreras en busca del cebo.
Para iniciar la pesca, dejaremos caer el aparejo en el punto 1 y lo vamos dejando salir hasta donde la espuma casi desaparece. Lo norma es que al inicio nos piquen entre los puntos 6 y 12, es decir, en largo, pero eso no interesa pues se tarda más tiempo en sacarlas y en que salga el aparejo hasta dicha zona, puesto que una vez encarnado el anzuelo, dejaremos caer el aparejo en la orilla y lo vamos dejando salir. Lo que nunca se debe hacer el lanzarlo a la zona donde nos pican y golpear la superficie del agua con la boya. Para tratar de que arrimen más a la roca, deberemos echar el puñado de quisquillas, bien algo apretado con el puño o bien en la roca en seco y que las saque el oleaje. Con ello conseguiremos la mayoría de las veces que la mayor parte de las quisquillas queden "atontadas" para que bajen mejor y más rápidas y otras menos vivas que son las que "entretienen" a las obladas, pero que si quieren comer tendrán que arrimar a comer las primeras, con lo que las pescaremos más cerca y las picadas serán más agresivas al haber más rompiente, es decir, las pescaríamos entre el punto 1 y 6.

En esta otra puesta submareal de la imagen siguiente de un cantil, podemos ver una buena rompiente para pescar la obladas que al inicio de la pesca (si están claro), nos picarán entre el punto 1 y el 2, pero que al igual que en el caso anterior, una vez que han entrado, comenzaremos a echar el puñado de quisquillas apretándolas un poco para tratar de que arrimen a la zona entre el punto 1 y el cantil. En los cantiles es preciso macizar en las belladas y no cuando vienen las series.

En la zona submareal de la imagen siguiente, la pesca la realizaremos en los puntos marcados en rojo que es donde mejor se mantiene el babero.

Es una pesca que requiere una buena cantidad de quisquilla viva (o pulga) como la que se ve en la siguiente imagen en las dos cestas para dos pescadores. La quisquilla en esa ocasión no tenía viruta porque el día estaba fresco y se fue a pescar directamente después de pescar las quisquillas. Es obvio que la quisquilla ideal es la de balsa o pozas (Crangon crangon).

A continuación os muestro el material que utilizo. En bajos hay que ser fino pues la oblada, incluso de noche, no suele picar a bajos gruesos salvo excepciones contadas y empleo tanto el monofilamento Fendreel como el fluorocarbono Seaguar Grandmax FX, ambos en diámetro del 0,205. En cuanto al anzuelo suelo emplear el Mustad 515-N, recto, del nº1 aunque no es descabellado emplear anzuelos de paleta muy larga como el Colmic de la imagen pues las obladas, en caso de tragar la carnada, suelen "rumiar" el bajo con sus incisivos y sus escapadas en zig-zag.

Las boyas irán fijadas con un espiche de plomo cónico o troncocónico por su parte inferior para facilitar el lance del aparejo y que se mantenga vertical en el agua. La de 66 cm la utilizo para mares flojas y las otras dos con mares pescadoras, es decir, con buen babero. En cuanto a los plomillos a colocar en el bajo, la inmensa mayoría de los casos se pesca con uno sólo de un diámetro de unos 3-4 mm esférico, pero si empleamos fluorocarbono utilizaremos uno del mismo diámetro pero tipo rana o de orejas.

Las cañas a utilizar más empleadas son las de acción media o con algo de punta, pero me atrevo aconsejaros que hay dos con las que creo que es una gozada: la Maver Bolo de 7,00 m y la Anessa de Protako de 7,40 m.

A continuación os muestro un cuadro con la forma de encarnar la quisquilla y la pulga. Si la quisquilla es grande podemos colocar un ejemplar, si son medianas dos ejemplares y las pulgas con varios ejemplares según su tamaño, pero siempre con las patas hacia el exterior, tal y como se aprecia en el cuadro siguiente.

El aparejo más representativo y utilizado es el de la imagen siguiente. Los bajos a emplear son del 0,205 como hemos dicho, pero con mares bellas o aguas claras podemos utilizar un 0,185.El plomillo del diámetro ya mencionado y algo alejado del anzuelo; a 40 cm si el bajo es de un largo de 0,80 m y a 60 cm si el bajo es de un largo de 1,20 m. A veces están tan superficiales que con un bajo de 50 cm sin plomillo es suficiente.

Este otro aparejo que sigue a continuación, lo utilizo con mares bellas en las que no vemos saltar a las obladas pero que suelen estar pegadas a la roca pero profundas. Suelo poner un sólo plomillo de 5 mm  de diámetro para que profundice la carnada al ser un bajo largo de 3-4 m y da resultado. También se puede pescar con dos plomillos de 3-4 mm de diámetro, uno a 1 m del anzuelo y el otro a una distancia de la unión del bajo con la línea de 1 m si el bajo tiene 3 m de largo y de 1,50 m si el bajo es de un largo de 4 m.

La oblada suele hacer la picada de una forma característica que consiste en dar uno o dos toques suaves a la boya hundiéndola levemente, para seguidamente hacer una hundida bastante profunda y sesgada en dirección mar abierta casi siempre. Ello viene propiciado porque con la caña en posición de entre los 30 o los 45º, dependiendo de nuestra posición y altura respecto al agua, tenemos siempre tensa la línea existente o seno que hay entre la boya y la punta de la caña y ello hace que con los reflujos hacemos una pequeña cacea al aguantar la boya en el lugar propicio.

La defensa de la oblada es tenaz, tirando en zig-zags y hacia los costados, por lo que es una pesca muy deportiva.

A continuación os muestro dos pescas de obladas realizadas por mis compañeros Fernando y Gorka.

Finalizo con un cuadro resumen de la pesca de la oblada.

En estos tiempos de penuria por nuestra zona, cuando el diablo no tiene nada que hacer, hasta con el rabo espanta las moscas y eso es lo que hecho; haceros un resumen de la pesca de la oblada del nuevo libro que tengo listo y que estoy esperando contestación para publicarlo. Espero que os haya gustado.

Mañana lo intentaremos Miguel y el menda con quisquilla que cogió ayer mi compi y que estoy implorando a los dioses para que se mantengan vivas. 

Saludos y hasta la próxima. Galicia, que te quiero verde!!!