VUELTA A LA TORTILLA. 8 DE JULIO DE 2.011

Aunque casi mejor diría al callo porque el pasado viernes noche decidimos empezar al revés de lo habitual. El caso es que recibí una llamada de Iñaki, del blog La Jargüeta, haciéndome una proposición indecente. Lo tenía bien pensado el pájaro y disponía de todos los permisos necesarios. Había urdido un plan de pesca para esa tarde noche muy bueno que me tentó sobremanera. Salíamos de Muskiz sobre las 19:30 y volvíamos para la 1:30, habiendo pescado con la marea una zona de caños a la que le teníamos muchas ganas.  Lo que más me gustó fue cuando me dijo... "Ya llenamos la tripa por el camino"... Je je!

Pasé una tarde muy atareada sin tiempo para descansar. Primero tuve que tomar unos potes con la cuadrilla, luego comer y después me tocaba picar 3 bloques de sardina que había dejado descongelando antes de marchar a trabajar. Y para cuando ya estaba limpiando la máquina y ordenando los bártulos, tenía a Iñaki aparcado en frente de casa. Así que fue ponerse la ropa de faena y arrancar. Para la ocasión fuimos a lo cómodo y sólo llevábamos gambas para encarnar, que no siempre funcionan de noche, y el consabido macizo de sardina para engodar, uno casero y otro de Torres.

Y como este Iñaki es un estratega de primera, para las 20:30 estábamos dándole a unas cazuelitas de callos con un poco de petróleo para suavizar, queso con membrillo y los consecuentes cafés y txupitos. En estas condiciones ya daba igual cómo nos fuese después, si es que se nos ve el plumero,... como si nos quería caer el cielo encima, ¡por Tutatis! Creo que en la imagen Iñaki le andaba pasando por el morro a Mane nuestro envidiable plan mientras engrasaba la maquinaria...

Al llegar vimos que la zona de pesca estaba aceptable aunque nos faltaba un pelo más de ola. La pleamar era a las 23:04 y de 12/7 pies, muy apropiada para que los sargos se metiesen allí a cenar. Para las 21:30 mi compañero, que es como una bala, ya tenía el corcho en el agua. A ratos se quedaba bastante claro, pero supusimos que con la falta de luz las condiciones mejorarían. Para cuando me dispuse a echar el gurriato ya había cogido dos sargos, que aunque no grandes, eran una buena señal.

Se metió mucho pescado pequeño y como no, nuestras colegas las boops boops. Aún de día, los sargos picaban recelosos, incluso alguno salió alguno robado por debajo de la boca. Una vez más, pescar a pulso fue la solución, aunque con la llegada de la oscuridad todo fue a mejor, incluso el tamaño de los mismos.

A última hora, cuando la marea ya llevaba un buen rato bajando, se empezaron a dejar ver las piezas más grandes en una cuarta de agua. Y de esa manera acabamos de arreglar la cesta con la posa el gamberro de mi compañero. Lástima de un tablón que perdí por mi mala praxis. Me agarró a cara perro, en corto, con el freno prieto y muy poco calado. Al clavarlo no calculé bien lo gordo que era. Así que tras forzar en exceso y ya en el aire, me acabó partiendo el bajo de Tenryu del 0,234 mm, única pita que usamos ambos, por encima del plomo con un latigazo seco. Lección aprehendida.

Una vez ya de vuelta en Muskiz, pude tomar unas imágenes de la cesta de Iñaki con la cámara pues todas las anteriores fueron con el "movilphone".

Y ésta de todo el pelotón, me la envió mi compañero, tomada a la mañana siguiente en el jardín de su casa. Vistas las últimas jornadas irregulares se agradecen estas salidas redondas, con buena cena, buena compañía, muy buen humor y mejor pesca. Como podéis imaginar, dada la actividad pesquil, la hora de vuelta se alargó mucho. La cosa, es que había quedado con la cuadrilla habitual a las 4:45, así que como no faltaba mucho hicimos tiempo tomando un café para reunirnos con ellos. Por eso, le doy paso ahora a Ramontxu.

Como comenta este gurriato, el sábado día 9 habíamos quedado los tres a las 4,45 h. Y cuando llego al campo de fútbol, me encuentro a Iñaki Vallés con la cesta de sargos y al de un rato llegó Gorka que había ido a casa a por nuestros calderos de macizo. Tras mandarles a la cama, Miguel y el menda fuimos por nuestra zona a pasar el rato. Primero fuimos a La Cotonera, donde estuve viéndole a Miguel pescar un sargo y encarnando no se cuántas veces y es que las bogas le subían por la línea. Después nos fuimos a la zona del langostero de Islares donde las bogas también hicieron acto de presencia, por lo que enseguida recogí y a sobar al coche. La paciencia de Miguel hizo que consiguiera pescar 4 sargos más. A eso de las 10 h recogimos y para casa. Como dice Iñaki en su blog veremos si las próximas salidas nos deparan coles o lechugas, además de callos ¡claro! ¡Un saludo sufridos@s!