EN SOLITARIO. 3 Y 4 DE JULIO DE 2.010

Para este pasado fin de semana los planes de pesca se habían trastocado un poco. Por asuntos de fuerza mayor mis dos compinches no podían venir y Mane e Iñaki tenían otros planes. Personalmente, aunque me resulta muy gratificante amanecer y pasar un buen rato de pesca junto al mar, no me gusta ir sólo porque el resto lo pone la compañía. Por eso, y para que en casa estén menos preocupados porque aunque ya están más que resignados, la procesión va por dentro.

De vuelta a la pelea, la mar que me encontré el sábado "cerca de casa" era de noroeste con mucho fondo, como se refleja en la imagen con las espumas características. La mañana amaneció con xirimiri, buena temperatura y nada de viento.

Empecé calando por esta zona y el pescado no tardó en aparecer al olor de las sardinas aunque muy receloso. Había picadas continuas de sargos pequeños y de bogas. Aunque entre col y col, salía alguna lechuga como suele decir el amigo Nervión.

Había largas belladas, propias de una mar de fondo muy irregular. No estaba nada fácil para pescar. Con la marea subiendo tenía cierta incertidumbre sobre cómo evolucionaría la intensidad de ola y empecé a barajar otras zonas.

Los peces se mostraron activos sobretodo a primera hora aunque comían muy mal. Aquí me picó el sargo más gordo de la jornada. Increible. Se engancho el anzuelo por fuera de la boca, por debajo del labio inferior. Al sentirse preso arrancó hacia las piedras de la izquierda poniendo a prueba el bajo.

Al ampliar se ve cómo quedó el bajo por encima del anzuelo, justo sobre las características del Tenryu. He oído diversas opiniones acerca de este fluorocarbono, pero nuestra experiencia personal con él es muy satisfactoria. Cierto que es un 0,234 mm, pero su resistencia a la abrasión y también a la tensión, siempre que los nudos se hagan de forma adecuada, es muy alta. Por cierto, la caña se comportó muy holgada en la recuperación de la pieza.

A pesar de que el agua claree en las belladas, suelo elegir este tipo de bajos cuando el pesquero presenta muchas posibilidades de rotura. Aquí es donde acabé la jornada cuando las picadas ya escaseaban.

En la cesta lo que conseguí reunir tras una grata jornada. Dos de los corcones los cogí con gamba, el otro con navaja, en un momento de la mañana que parecían desesperados. Después, por motivos obvios no hubo desayuno en "kuadrilla", así que a ver si vamos recobrando la normalidad que falta algo.

El domingo me dispuse a ver como se desperezaban los sargos pero cuál fui mi sorpresa cuando me encontré una mar de fondo desorbitada. ¡Que windguru se quedó corto es poco decir! Por la zona cercana a casa, sin agua y con semejante mar, barajé algunos pesqueros. Pero finalmente sin convencerme ninguno, preferí volver a la cama y levantarme para ver las motos. ¡Hasta pronto compañer@s!