El domingo día 27, quedamos a las 5,30 h. La mar había cedido un pelín, por lo que la elección del roquedo resultaba una vez más complicada y tras muchas vueltas, decidimos una vez más, optar por los cantiles de Islares. Esta vez vino con nosotros nuestro amigo Andrés Incera, ex-ciclista profesional que corrió en la década de los 60 en equipos como el Kas, Karpy, Fagor, etc.
Nos fuimos a dos puestas diferentes a fin de tantear la amplia zona y de vez en cuando comunicarnos para ver que tal iba la cosa. Yo me fui hacia el este y Gorka y Andrés hacia el oeste. Luego fué cuestión de patear la costa.
La costa es bastante similar, es decir, cortes verticales, bastante calado y farallones con alguna escuadra y rincones en los que la mar pega más o menos dependiendo de la procedencia del oleaje.

La verdad es que no empezó nada bien, pues al amanecer sólo habíamos pescado los 9 sargos de la foto. Fué a última hora cuando empezaron a picar más seguido, pues la pleamar era a las ocho menos veinte y fué hacia las doce o doce y pico cuando comenzaron a mostrarse hambrientos y finalmente pescamos, en total, los de la otra fotografía que se adjunta.
El engodo fué mazacote de anchoa y como cebo usamos cangrejillo o gamusín, quisquilla congelada y tiras de jibión. El bajo de monofilamento, del 0,225 primero y 0,205 mm después, de Fendreel de Colmic, tenía unos 3-3,5 m de largo, un plomillo en el bajo de 5 mm de diámetro y 3 plomillos de 8 mm de diámetro en la línea. Anzuelo nº1/0 de Asari, revirado a la derecha, acabado en negro. Boya de corcho de champán de 74 mm de longitud lastrada por su parte inferior con una barrita de plomo. En esta ocasión no hizo falta pescar a pulso, ya que los 3 plomillos puestos en la línea , fueron suficientes para que la carnada se mantuviera a la profundidad deseada. En definitiva, no nos quejamos , hubo que pelear mucho pero así es la pesca, al menos por aquí.
Ya en Muskiz nos encontramos con Fernando y Guillermo, que hicieron una pesca muy bonita. Qué pena de foto para haberla publicado!. Parece que acertaron con la elección del pesquero guiados por su espíritu depredador y su saber, pues la cosa estaba difícil. Últimamente hay que hilar fino en esta zona de la costa tan castigada, pero los buenos pescadores abundan por estos lares.



Área de rocas emergentes en zona este
























