El domingo 28 descanso por supuesto.
BUENO SUFRIDORES Y SUFRIDORAS, HASTA QUE LA MAR LO PERMITA. ¡AGUR!
El domingo 28 descanso por supuesto.
Sin entrar en concurso, ya que madrugamos un poco más, quedamos los tres talibanes de siempre para ir a mojar un rato la boya. Esta vez nos acompañaba el profesor Elortegui, avezado pescador conocido por sus matanzas en la zona de Kobaron.
El domingo día 20, quedamos Gorka y el menda a las 4,45 h en el lugar habitual. No vino Miguel pues tuvo liada el sábado. Nos dirigimos a la depuradora de Castro Urdiales a ver como estaba el Cantábrico, pero antes estuvimos en la entrada del Superpuerto y es que veces no es fácil interpretar la mar desde un sólo punto, ya que de noche todos los gatos son pardos y hay ocasiones en las que no se aprecia bien la dirección del oleaje y podemos meter la pata. La mar había bajado bastante respecto al sábado, aún tenía golpes de fondo, pero el abanico de posibilidades era mucho mayor en cuanto al número de puestas a optar.
Gorka propuso ir a una zona de Cerdigo que me convenció, así que nos dirigimos hacia allí. Al llegar encima de las puestas, vimos que pocas zonas estarían tan aptas como la elegida, por lo que iniciamos la bajada. Gorka bajó sin dificultad, pero yo me quedé trincado hacia la mitad y tras un buen rato, decidí dar marcha atrás y retroceder hasta la campa. Las cervicales me están jugando una mala pasada y me daba algo de vértigo al bajar. Encima, la cuerda con la maceta y el hincón en el coche. Me fui hasta el coche y desde allí le mandé un mensaje con el móvil, pero nada de respuesta porque no tenía cobertura. El mensaje decía que iba a probar hasta la playa de Sonabia (Valdearenas), pero al no obtener contestación, no podía dejarle tirado, por lo que al cabo de un buen rato y ya de día, me dirigí nuevamente con la cuerda, maceta e hincón a la zona donde estaba Gorka y bajé a la izquierda de donde él estaba.
Este pasado sábado, siguiendo con la misma chaqueta, madrugamos los tres gorriones y decidimos ir a probar a otro roquedo en el que hace mucho que no calamos. Al ver la mar sobre el pesquero, ya nos dimos cuenta de que el golpe era muy escaso y los espáridos tendrían ocasión hasta de ver el tipo de nudo del anzuelo. Así todo Miguel y yo decidimos que alguien tenía que hacer de conejillo de Indias. Ramontxu optó también por probar pero yendo a tentar a los jibiones por la zona de Islares, especie que se mostró esquiva. Así que nos separamos con harto pesar y cada uno por su lado fue mano a la obra.
Materiales, cebos, macizo y técnica la de siempre, pero haciendo más énfasis en todo lo que supusiera mayor posibilidad de engaño en unas condiciones tan adversas. Es decir, el 20 de Fendreel para el bajo, plomín de 3 mm y carnada suculenta y con buen bocado, léase, zapatero (negrita, queimacasas...), gamba y cangrejillo.